Si sentís tu vida quieta,
comprate una bicicleta.
Y aún con frío polar
nunca dejes de rodar.
Ponete guantes de lana
unas calzas con badana
y arrancá tu derrotero
bien temprano a la mañana.
El placer de pedalear
te lleva naturalmente
a conocer buena gente
con la que da gusto estar.
Y ni hablemos de viajar.
Arriba de las dos ruedas
el viaje es muy diferente,
nunca sabrás que es mejor
si es el paisaje o la gente.
Cuando te sientas cansado
o demasiado agotado
encontrarás el lugar
y el descanso tan preciado.
Cuando termines el viaje
serás alguien diferente
Habrás conocido gente,
y tendrás nuevos amigos
Te puedo garantizar
que estarás mejor contigo.
Y si nunca pedaleaste
no es tarde para empezar.
Subite a una bicicleta
es hora de disfrutar.
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